Carrer de Sant Pau 9-11
RAVAL
Si os digo que hay un edificio en el que han trabajado el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner con la colaboración de Eusebi Arnau y Ramon Casas, y si añado además que en 1904 el ayuntamiento le concedió el Diploma de Honor, ¿qué me decís? No puede fallar, ¿no? El sitio tendría que ser de lo más especial, ¡lo es! Es el Hotel España.
Un poco de historia.
En 1859 la Fonda España abrió sus puertas como sitio para comer y no fué hasta 1900 cuando Domènech i Montaner lo reformó con la ayuda de los artistas antes citados. La reforma acabó en 1903.
A partir de la Exposición Universal de 1888 está dentro de las fondas más destacadas de Barcelona.
En el 2010 el Hotel ha sido nuevamente reformado recuperando el espíritu que el arquitecto modernista dejó en su trabajo y quedando en un hotel de 4 estrellas superior.
En la página del hotel se puede encontrar más información de toda la historia del mismo.
En la recepción del hotel son visibles grabados haciendo alusión a buenos deseos para las personas alojadas en el establecimiento (bon viatge, bon profit, bon descans…) y también (véase en la foto de la presentación) alusiones a las provincias españolas (leones, castillos, escudos, etc…. No nos olvidemos que era la Fonda España que es quien dio el nombre al Hotel.
También es en la misma recepción donde está la placa con el premio que el Ayuntamiento de Barcelona concedió al Hotel en 1904. En la placa puede leerse “….decorado según proyecto y bajo la dirección del Arquitecto D. Lluís Domènec i Montaner cuyo establecimiento por resultar el mejor decorado en el concepto artístico-ornamental….”.
Bar Arnau.
A la izquierda de la recepción, se encuentra el Bar Arnau. El nombre del bar viene del artista que hizo la obra más destacada de este bar, la chimenea.
Antiguamente era el salón de lectura y lo presidía esta chimenea de 5 metros de alabastro obra de Eusebi Arnau.
Es una evocación de la familia y el paso del tiempo. No fue hasta ver las fotos que me fijé que el abuelo estaba calentándose en el supuesto fuego. Digo supuesto, porque nunca cumplió esta función, pues no tiene ni chimenea, es sólo decorativo.
El hotel para su recuperación tuvo que sacar toda una pintura marrón que lo cubría desde la época donde el modernismo no estaba bien valorado.
Salón Sirenas.
Antiguamente el salón era llamado La Pecera. Si entráis en el lugar, sabréis la razón del nombre. Es una sensación sólo reservada para los que visitan el lugar.
Actualmente se sirven los desayunos y se puede alquilar para eventos.
Todas las paredes están decoradas con esgrafiados con sirenas y otros motivos marinos que podrían ser de Ramón Casas (no me quedó claro).
Las luces quieren simular burbujas.
Toda la sala está rodeada por madera y cerámica catalana con escudos de provincias españolas. En la madera se puede observar las perchas para colgar los abrigos y sombreros de la época.
De ahí subimos por el ascensor al Bar Terraza Al Aire.
Como peculiar tiene la decoración que recuerda a máscaras de teatro por su proximidad al Liceo.
La terraza se abre en temporada. Ya está todo preparado para esta que viene. Tiene una pequeña piscina y las vistas no son espectaculares pero se puede apreciar algún detalle alto de la ciudad.
De ahí bajamos por la escalera donde se pueden apreciar restos del antiguo mosaico, tipo romano, que se han conservado.
La pared es de esgrafiado con castillos y la barandilla es la original por lo que se ha podido dejar aún no cumpliendo las normas de seguridad por la altura de la misma.
Desde la escalera se puede uno de los patios interiores donde hay esgrafiados con motivos mayoritariamente en alusión a la naturaleza (pavos reales, mariposas, alguna especie de pez), mezclado con unas señoras que desean a los alojados Bon dia y Bona nit.
Antes de bajar pasamos por el Pati de les Monges (Patio de las Monjas). El nombre está puesto en recuerdo de la comunidad religiosa que ocupó estos terrenos.
Las luces son las mismas que hay en el Salón Sirenas y la ubicación de este patio es justo encima del Salón que está separado de él con un cristal.
El suelo no es el original, excepto el del piso de abajo que si lo es en el que se puede apreciar una composición con el año 1900 de motivo.
El recorrido finaliza en el Restaurante Fonda España donde siempre ha sido el lugar donde se comía.
El salón está lleno de detalles pero las características del mismo hacen que no haya sabido plasmarlo.
Del restaurante se encarga uno de los grandes chefs, Martín Berasategui. A parte de la carta, ofrece un menú diario.
Si os ha gustado no tenéis más que acercaros al hotel y por 5€ se puede hacer una visita guiada de lunes a viernes. Hay un turno por la mañana y otro por la tarde.
Yo hice el de la tarde y la claridad y la manera en que el sol entraba por los cristales era de lo más acogedora y acertada. Igual por la mañana es mejor, no lo se!
9, 08001 Barcelona, España